POR: REDACCIÓN
Hace tiempo, mucho tiempo que no
se veía a un Presidente de México, surgido de las filas blanquiazules, mostrar
tanto interés por la salud de los mexiquenses y es por ello que ahora sorprende
que Felipe Calderón visite una y otra y otra vez el Estado de México, en donde
inaugura hospitales sin terminar y clínicas que ya tienen un año funcionando.
Llega cubierto por aparatoso
equipo de seguridad. Cierra calles. Altera el de por sí menguado orden vial y
pretende hacerse el gracioso. En apenas
un mes, Calderón ha visitado los municipios de
Amecameca, Atenco, Metepec, Toluca, Tlalnepantla, Chimalhuacán, Coacalco
e Ixtapaluca, entre otros municipios a los que, además, ha citado en diferentes
giras y que lo denotan como un Presidente muy activo en tierras mexiquenses.
En donde se para hace alusión a
la mal llamada “universalización” de los servicios de salud y que es -a decir
del propio Calderón- el mayor logro de su gobierno. Dice que ha construido o
rehabilitado más de mil unidades médicas, pero no dice en dónde.
Trata de confundir a la audiencia
diciéndoles que el Seguro Popular es un éxito de su gobierno, cuando de todos
es sabido que el esquema de servicio empezó con su antecesor y fueron los
gobiernos estatales los que hicieron el trabajo de afiliación y la tarea de
encausar operativamente los servicios médicos y de infraestructura para dar
respuesta a la elevada demanda de atención médica.
Ahora bien, no debemos olvidar
que si el 50 por ciento de la población de nuestro país no tiene IMSS, ISSSTE o
algún otro beneficio de este tipo es porque, igualmente, el 50 por ciento de la
población carece de un empleo fijo, remunerado y, por ende, de seguridad social.
Hay que recordar que tanto el
IMSS, como el ISSSTE son servicios para beneficio de las personas con trabajo
y, entonces en dónde trabaja la mitad de la población, prácticamente en el
subempleo en la calle, en la informalidad. ¿Podrá Calderón sentirse orgulloso
de ésto?
No hay que olvidar, tampoco, que
cuando el panista recorría el país en busca del voto de los mexicanos, prometió
y se comprometió públicamente a crear un millón de empleos al año; promesa de
la cual no quiere ahora acordarse porque la ineficacia de su gobierno apenas y le
dio para concretar un 30 por ciento de su hablar.
Entonces, ni Seguro Popular, ni empleos, ni infraestructura de salud. Ah que mi Presidente
y tan gracioso que es contando chistes ante las audiencias acarreadas que lo
escuchan en sus visitas a la entidad
mexiquense. Así que “aiga sido
como aiga sido” en la tierra del candidato puntero en las preferencias
electorales el líder nacional del partido blanquiazul está activo, muy activo,
en la recolección de simpatías para los suyos.
¿Será delito electoral o para él
no aplica la Ley? Lo que sí es que es un atentado a la inteligencia y sus
visitas cada vez son más forzadas y menos bien recibidas, a pesar de que el
doctor Eruviel Ávila Villegas lo haya nombrado ya mexiquense distinguido.